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Por Jesús Molina Vázquez

La realidad de los países donde está presente la Cooperación Española y los socios con los que trabaja ha ido cambiando drásticamente en los últimos años, llegando incluso a "graduarse" alguno de ellos gracias al nivel de desarrollo, estabilidad democrática e institucional alcanzado. La Cooperación Española, en sus más de treinta años de vida, se ha ido transformando para adaptarse a este proceso evolutivo con objeto de dar una respuesta eficaz a las necesidades y contextos emergentes de desarrollo.

En este escenario, el Plan de Transferencia, Intercambio y Gestión de Conocimiento para el Desarrollo de la Cooperación Española en América Latina y el Caribe (Intercoonecta), desarrolla desde 2020 un proceso de transformación para dar respuesta a las necesidades en materia de gestión del conocimiento para fortalecer las instituciones e impulsar políticas públicas acordes a las demandas de nuestros socios.

Uno de los primeros pasos ha sido la especialización temática de los Centros de Formación de la Cooperación Española, sitos en Bolivia, Colombia, Guatemala y Uruguay, siendo el medio ambiente, el cambio climático, la agricultura resiliente y la población migrante, los sectores asignados al CF de La Antigua Guatemala. 

Otro gran paso dado ha sido la adopción de la cultura de innovación pública en nuestra estrategia de trabajo, alineándonos con el Compromiso de Andorra sobre Innovación para el Desarrollo Sostenible de 2021.

Este enfoque está permitiendo a la Cooperación Española apoyar el fortalecimiento de políticas públicas en América Latina y el Caribe a partir de procesos de cocreación en los que se favorece el establecimiento de nuevos vínculos con una gran diversidad de socios,incluidos grupos de base, tradicionalmente ausentes en los procesos de planificación y ejecución de las políticas públicas. La incorporación de estos grupos a los socios institucionales permite identificar problemáticas y, seguidamente, soluciones innovadoras desde una nueva óptica.

Evitamos así un error común; identificar y formular las acciones de la cooperación internacional con socios que no representan necesariamente las inquietudes o necesidades de la población usuaria de las políticas que administran o servicios que prestan las instituciones públicas; lo que puede implicar que no se atiendan de forma efectiva problemas que se terminan convirtiendo en crónicos.  

Para evitar que esto ocurra, la Cooperación Española ha creado una metodología específica para una de las herramientas más potentes de los mecanismos de innovación: el diseño de laboratorios de gobierno para la innovación pública.

Estos laboratorios son espacios de encuentro para fomentar el diálogo, la colaboración y la cooperación. En otras palabras; fomentar y promover la cocreación, entre una serie de actores de diferente formación, status o sector de tal forma que se propicia un intercambio horizontal y abierto, donde se plantean problemas, necesidades, etc. para la consecución de soluciones a las diferentes necesidades que tienen los usuarios de las políticas públicas.

Como en todo laboratorio este proceso conlleva una fase de experimentación y prueba de los resultados obtenidos, lo que se traduce en el diseño y aplicación de un modelo que se denomina prototipo. 

Los Laboratorios nos han permitido ensayar los procesos de cocreación a nivel interno, proporcionándonos una experiencia de gran utilidad para poder trabajar con nuestros socios, innovando en el diseño de las diferentes actividades para el impulso del conocimiento para el desarrollo, además de profundizar en prioridades en materia de medio ambiente y cambio climático existentes en la región.

En el caso del Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua (Guatemala) nos ha permitido abordar una nueva área de trabajo como la economía circular, una temática emergente donde pocos actores de la cooperación se encuentra trabajando y cuenta con un gran potencial para la innovación en diferentes aspectos, tanto en el campo de las políticas públicas como el tecnológico.  

Este laboratorio se enfocaría en el apoyo y fomento, desde una perspectiva rural y de respeto a los ecosistemas, de aquellas políticas públicas que promuevan el fortalecimiento de la economía circular, garantizado la adaptación al cambio climático y favoreciendo una gestión ambientalmente sostenible. Todo ello, bajo la coordinación institucional entre los distintos niveles del sector público, sociedad civil y sector privado. 

La economía circular enfatiza la extracción y uso eficiente de los recursos naturales en los diferentes sistemas de producción, transformación y consumo, lo cual permite impulsar un crecimiento sostenible y resiliente al cambio climático como motores del desarrollo y la generación de riqueza en áreas rurales, que es donde la aplicación de las políticas públicas o la presencia de instituciones es más débil y en donde los efectos del cambio climático afectan a las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad. 

En definitiva, la aplicación de metodologías y herramientas innovadoras son una oportunidad y por supuesto un reto, para poder diseñar una cooperación moderna, capaz de abordar los problemas y necesidades en el contexto actual, abordar nuevas líneas de trabajo con nuevos enfoques y metodologías y dar respuesta a una comunidad de usuarios cada vez más exigente e implicada en la gestión de lo público.

 

Jesús Molina Vázquez es director del Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua Guatemala.