El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril para conmemorar el aniversario de la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Una de las señas de identidad de la Cooperación Española es el apoyo decidido al reconocimiento de la salud como un derecho fundamental, entendido como un elemento clave para el desarrollo equitativo y sostenible, incluida la reducción de la pobreza.

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) apuesta por una visión global de la salud, considerada como un bien público, en línea con los principios recogidos en el “Papel de la UE en la Salud Global”, aprobados en mayo del 2010 por el Consejo Europeo.

El IV Plan Director de la Cooperación Española 2013-2016, define como estrategia para el sector salud, el apoyo en el seno de las Iniciativas Globales, en los Organismos Multilaterales y en los grupos de expertos de la Unión Europea, para adecuar las políticas específicas de enfermedad al objetivo general de la cobertura universal y de la equidad, disminuyendo el riesgo de distorsión de los sistemas de salud.

Además, la AECID dispone del Plan de Actuación Sectorial (PAS) de Salud, un importante marco de referencia para impulsar los programas integradores de los sistemas de salud y las capacidades institucionales de los centros.

Acceso universal para todos
El principal reto en salud a nivel mundial sigue siendo el reconocimiento de su equidad global, incluyendo la reducción de las desigualdades, el acceso universal a servicios integrales de calidad y la protección social.

Con el objetivo de potenciar la equidad y sostenibilidad de la financiación, la AECID forma parte de la iniciativa P4H (“Providing for Health”, por sus siglas en inglés), junto con Francia, Alemania, Suiza, el Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OMS, a través de la cual se ofrece asistencia técnica a países socios para el desarrollo de posibles modelos de protección social adaptados a cada realidad local.

Los determinantes de la salud, las enfermedades, su prevención y tratamiento pueden trascender las políticas nacionales de salud, convirtiéndose en una cuestión de índole global. Las migraciones de recursos humanos, el incremento en los flujos financieros y productos, el acceso a medicamentos, la investigación, desarrollo e innovación, son algunas de las cuestiones que requieren de una acción global prioritaria. Y así se reconoce por el Consejo Económico y Social (2009), por numerosas resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud y por las conclusiones de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de 2012 y las Conclusiones del Consejo de la UE sobre Salud Global de mayo 2010.

Tanto la integración de los determinantes de la salud como el acceso universal a servicios sanitarios equitativos y de calidad se han debatido a nivel internacional en la definición del nuevo marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio post-2015.