Un plan para la autodefensa de las mujeres quilombolas en Brasil
Un plan para la autodefensa de las mujeres quilombolas en Brasil
La AECID apoya la elaboración de un Plan de Emergencia, Protección y Autocuidado liderado por mujeres afrodescendientes que enfrentan amenazas por defender sus derechos y territorios en Brasil

En Brasil, más de 6.500 comunidades quilombolas resisten en defensa de su identidad, su tierra y sus derechos. Muchas están lideradas por mujeres que, además de sostener a sus comunidades, enfrentan amenazas por su activismo.
Para visibilizar su lucha, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) está impulsando el proyecto “Cafuné”, junto a la Coordinadora Nacional de Comunidades Negras Rurales Quilombolas (CONAQ), en el marco del Programa Afrodescendientes. Su objetivo: construir de forma participativa un Plan de Emergencia, Autocuidado y Protección para Mujeres Quilombolas, ante el grave contexto de violencia que enfrentan muchas de ellas.
UN PLAN PARA PROTEGER LA VIDA Y LA DIGNIDAD
En Brasil, donde el 56 % de la población es afrodescendiente, existen unas 6.500 comunidades quilombolas repartidas en más de 1.600 municipios. Muchas de ellas, como el histórico Quilombo Mesquita —a 40 kilómetros de Brasilia—, conservan territorios de alto valor ambiental y cultural, pero carecen de servicios básicos y viven bajo constantes presiones externas.
Las quilombolas se reúnen en grupos de trabajo para intercambiar experiencias, además de participar en encuentros nacionales, talleres y elaboración de propuestas para la construcción y mejora de políticas públicas. Los temas prioritarios son la regularización de tierras, gestión de su territorio, la educación quilombola, vivienda, salud de las mujeres, generación de ingresos, valorización de las producciones culturales y artesanales locales, la desigualdad racial, social, de género, generacional y étnica.
Hoy, la violencia que sufren es múltiple: por ser mujeres, por ser afrodescendientes, por vivir en territorios ancestrales codiciados, o por profesar religiones de matriz africana.
Frente a ello, el Plan de Emergencia se elabora desde los propios territorios, con participación directa de las lideresas, expertas y defensoras de derechos humanos. Además de su redacción, el plan será presentado ante autoridades brasileñas y organismos internacionales, y socializado en las comunidades quilombolas de los 24 estados del país.
FORTALECER LA ORGANIZACIÓN, DEFENDER EL TERRITORIO
El proyecto también refuerza el Colectivo de Mujeres de la CONAQ, dotándolo de herramientas para brindar apoyo psicosocial, asesoramiento legal y seguimiento de incidentes de seguridad. Con ello se busca aumentar la capacidad de reacción de las organizaciones quilombolas ante situaciones de emergencia, y fortalecer su voz en las políticas públicas sobre tierra, salud, educación, ingresos y derechos.
Más allá de las cifras, esta iniciativa apuesta por proteger a quienes protegen: mujeres que defienden el medio ambiente, la memoria colectiva y los saberes ancestrales. Las protagonistas de los vídeos hablan desde esa realidad: mujeres que cuidan, que denuncian y que lideran desde su comunidad.
Un plan para la autodefensa de las mujeres quilombolas en Brasil
La AECID apoya la elaboración de un Plan de Emergencia, Protección y Autocuidado liderado por mujeres afrodescendientes que enfrentan amenazas por defender sus derechos y territorios en Brasil

En Brasil, más de 6.500 comunidades quilombolas resisten en defensa de su identidad, su tierra y sus derechos. Muchas están lideradas por mujeres que, además de sostener a sus comunidades, enfrentan amenazas por su activismo.
Para visibilizar su lucha, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) está impulsando el proyecto “Cafuné”, junto a la Coordinadora Nacional de Comunidades Negras Rurales Quilombolas (CONAQ), en el marco del Programa Afrodescendientes. Su objetivo: construir de forma participativa un Plan de Emergencia, Autocuidado y Protección para Mujeres Quilombolas, ante el grave contexto de violencia que enfrentan muchas de ellas.
UN PLAN PARA PROTEGER LA VIDA Y LA DIGNIDAD
En Brasil, donde el 56 % de la población es afrodescendiente, existen unas 6.500 comunidades quilombolas repartidas en más de 1.600 municipios. Muchas de ellas, como el histórico Quilombo Mesquita —a 40 kilómetros de Brasilia—, conservan territorios de alto valor ambiental y cultural, pero carecen de servicios básicos y viven bajo constantes presiones externas.
Las quilombolas se reúnen en grupos de trabajo para intercambiar experiencias, además de participar en encuentros nacionales, talleres y elaboración de propuestas para la construcción y mejora de políticas públicas. Los temas prioritarios son la regularización de tierras, gestión de su territorio, la educación quilombola, vivienda, salud de las mujeres, generación de ingresos, valorización de las producciones culturales y artesanales locales, la desigualdad racial, social, de género, generacional y étnica.
Hoy, la violencia que sufren es múltiple: por ser mujeres, por ser afrodescendientes, por vivir en territorios ancestrales codiciados, o por profesar religiones de matriz africana.
Frente a ello, el Plan de Emergencia se elabora desde los propios territorios, con participación directa de las lideresas, expertas y defensoras de derechos humanos. Además de su redacción, el plan será presentado ante autoridades brasileñas y organismos internacionales, y socializado en las comunidades quilombolas de los 24 estados del país.
FORTALECER LA ORGANIZACIÓN, DEFENDER EL TERRITORIO
El proyecto también refuerza el Colectivo de Mujeres de la CONAQ, dotándolo de herramientas para brindar apoyo psicosocial, asesoramiento legal y seguimiento de incidentes de seguridad. Con ello se busca aumentar la capacidad de reacción de las organizaciones quilombolas ante situaciones de emergencia, y fortalecer su voz en las políticas públicas sobre tierra, salud, educación, ingresos y derechos.
Más allá de las cifras, esta iniciativa apuesta por proteger a quienes protegen: mujeres que defienden el medio ambiente, la memoria colectiva y los saberes ancestrales. Las protagonistas de los vídeos hablan desde esa realidad: mujeres que cuidan, que denuncian y que lideran desde su comunidad.