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Título de la noticia Santa Rosa de Copán ahora sí que es bella

Fecha de publicación de la noticia 02/01/2019 - 00:00

Resumen de la noticia El programa desarrollado en esta ciudad de Honduras incluye además de la infraestructura, también componentes sociales y ambientales que buscan dar sostenibilidad al programa, cuando los fondos de cooperación se acaben


Contenido de la noticia

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Santa Rosa de Copán escondía hasta hace poco, tras su belleza patrimonial, un grave problema. La falta de saneamiento en los arroyos que cruzaban la ciudad, contaminados de aguas fecales, afectaban a la salud de su población. 

«La mayoría de los vecinos que estamos aquí no tenemos dinero, somos luchadores de la vida». El que habla es José Antonio Umaña, 67 años, ex policía y orgulloso abuelo residente en Santa Rosa de Copán, que lleva años viviendo al lado de un arroyo de aguas contaminadas. 

«Cuando comencé a vivir aquí, había pescados –explica–. Pero, según fue evolucionando, ustedes pueden ver a lo que hemos llegado: la contaminación ha destruido esta ciudad. Hay lugares donde los niños sufren enfermedades por los mosquitos. No han terminado el proyecto y ya mire lo bien que va. Yo tendré alcantarillado y mis nietos no van a recibir el mal olor. Si usted viera lo que es el mal olor en marzo…». 

Un cambio necesario

El crecimiento desordenado de una urbe que ha incrementado su población en los últimos años ha llevado a sus más de 60.000 habitantes a desarrollar soluciones de evacuación de excretas que contaminan el medioambiente y son perjudiciales para la salud: los desagües vertían sus residuos directamente a los riachuelos que recorren la ciudad. 

Además del olor insoportable, la contaminación que causan los deshechos humanos afecta a animales, casas y personas, y provoca enfermedades como la diarrea, problemas de piel, etcétera. 

Según un estudio realizado por la Empresa Municipal de Aguas, el 31% de los hogares expulsaba las aguas fecales a los riachuelos, el 39% no contaba con fosa séptica y el 35% no estaba conectado al alcantarillado. La defecación al aire libre todavía se practica en algunas zonas del municipio. 

Pero el escaso presupuesto a disposición de la corporación municipal dificultaba que se proporcionase una solución integral, que era urgente. Gracias a la donación de más de 8 millones de euros del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la AECID y a los aportes del municipio, ésta situación está cambiando: la ciudad cuenta ya con una red de colectores de aguas fecales, se han sellado las tuberías que antes vertían los deshechos al río y todas las aguas residuales se enviarán a una planta de tratamiento. La obra incluye 11.5 kilómetros de tuberías y una red de alcantarillado sanitario que mejorará la vida de 36.000 habitantes, más de la mitad de la ciudad.

 

Cambiar la cara y el aire

El programa incluye la infraestructura, pero también componentes sociales y ambientales que buscan dar sostenibilidad al programa, cuando los fondos de cooperación se acaben. Ya se han realizado varios anuncios de televisión y radio para sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia del cuidado del agua y los peligros de verter la basura a los arroyos. 

El equipo responsable de la Empresa Municipal de Aguas de Santa Rosa está satisfecho con su tarea: va a cambiarle la cara y el aire a la ciudad. Se afana por terminar las obras mientras planea la sostenibilidad del sistema a través de un sistema tarifario. La Empresa Municipal de Aguas de Santa Rosa se siente más capacitada porque ha sido fortalecida con numerosas formaciones sobre el catastro de usuarios, la conservación del medioambiente, el ciclo integral del agua, la calidad, etcétera. «La sostenibilidad del proyecto pasa también por el cambio de hábitos de los habitantes», explica Dilcia Lemus, su directora. 

La valoración de la Cooperación Española también es positiva "las donaciones de España en agua y saneamiento permitirán un desarrollo sostenible de la ciudad, facilitando a su ciudadanía una mejor calidad de vida y el desarrollo económico", explica un portavoz de la Oficina Técnica de Cooperación de la AECID en Honduras. 

Les quedan muchas tareas por solucionar, como encontrar fuentes de agua, ya que las que abastecen a la ciudad están menguando y ésta llega al grifo cada 8 y 15 días. A pesar de esos retos, caminan orgullosos porque el manejo seguro de aguas residuales aportará agua y aire limpio para una de las ciudades, ahora sí, más bellas de Honduras.​


 


Una de las ingenieras del proyecto visita a los vecinos de los arroyos contaminados​