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Paz Biblioteca Colombia

Pie de foto: Paz Biblioteca Colombia

Título de la noticia RED DE EXPERTOS. Entre libros y nubes; espacios para la paz en Colombia

Fecha de publicación de la noticia 26/04/2022 - 00:00

Resumen de la noticia Las bibliotecas se han abierto paso en Colombia como las mejores armas para acabar con el conflicto de una vez por todas y llegar a la ansiada paz; que no es solo el cese de las hostilidades, sino un proceso que ha de contar con una inclusión social real, equidad, participación comunitaria y cohesión, entre otras. Pero ¿Cómo llegar con libros y paz a las comunidades rurales? Colombia tiene un plan.


Contenido de la noticia


Por Luis Villanueva Cerezo

En las zonas rurales de Iberoamérica la pobreza suele estar más arraigada y el ejercicio de los derechos, como el acceso a la cultura, presenta más impedimentos, poniéndose en evidencia la brecha en ese ámbito respecto de las zonas urbanas. Esta desigualdad se agrava especialmente cuando la violencia tiene mayor presencia en el medio rural, como en Colombia, donde la incidencia del conflicto armado en el campo ha llevado el difícil acceso a la ruralidad a situaciones críticas de aislamiento.

Todo ello dificulta desarrollar en las veredas (*) más lejanas la oferta institucional del Estado e instalar en esos lugares infraestructuras públicas que generen espacios para la participación comunitaria, el encuentro social y el desarrollo colectivo. De ahí la importancia de abrir nuevos escenarios en zonas de difícil acceso donde las comunidades puedan conectarse positivamente y trabajar por sus territorios.

Tal y como establece la Carta Cultural Iberoamericana, "el ejercicio de la cultura, entendido como una dimensión de la ciudadanía, es un elemento básico para la inclusión y la cohesión social, que genera al tiempo confianza y autoestima no solo en los individuos sino también en las comunidades". Por tanto, la cultura y el fortalecimiento de la cohesión de las comunidades, a partir del sentido de pertenencia derivado de su propia identidad, es un factor estratégico de desarrollo para la defensa de sus derechos y territorios. Es preciso, entonces, generar espacios para la convergencia social que promuevan la activación de la vida cultural y la puesta en valor de los elementos comunes más esenciales.

En este sentido, la UNESCO considera la biblioteca pública como una fuerza viva para la educación, la cultura y la información y, lo más importante, como un agente esencial para el fomento de la paz y del bienestar espiritual a través del pensamiento de hombres y mujeres.


Colombia ha sabido recoger el guante la cultura como elemento de cohesión y fundamental para la paz. No en vano, el acceso a la cultura es un derecho ampliamente reconocido en el artículo 70 de la Constitución política de Colombia.

Una de las políticas culturales más idóneas del gobierno colombiano con incidencia en el territorio se implementa a través del programa Bibliotecas Públicas Rurales para la Paz, concebido para favorecer el acceso a la cultura mediante la creación de espacios para la lectura y el desarrollo humano.

Las bibliotecas rurales se convierten en ejes dinamizadores de la comunidad y en una acertada estrategia para la inclusión social, el fomento y la conservación de expresiones y tradiciones culturales, ampliando así la oferta institucional y eliminando barreras tanto geográficas como sociales. Se pretende con ello contribuir en los territorios más apartados a la recuperación del tejido social fracturado por la violencia, y al fomento de la reconciliación, la convivencia pacífica y la paz, en coherencia con lo previsto en la Reforma Rural Integral establecida en los Acuerdos de Paz de La Habana (2016).

Dando respuesta a este nuevo reto, el programa, apoyado por la Agencia Española de Cooperación Internacional, plantea adaptar la biblioteca a los diversos contextos territoriales, generando prestaciones y contenidos específicos para cada comunidad según sus intereses y necesidades. Concibe la biblioteca como un laboratorio de gestión y producción de conocimientos y contenidos propios; como un espacio en el que propiciar el encuentro comunitario y el trabajo colectivo para fortalecer los lazos de confianza y el tejido social de los territorios. 

Además, las bibliotecas amplían sus brazos y combinan un servicio fijo y una estructura móvil para el servicio de extensión bibliotecaria en las zonas veredales aledañas. Y todo esto sin perder la vista del acceso y la producción de contenidos digitales con un criterio de sostenibilidad acorde al medio en el que se mueve.

Se trata de diseñar un modelo de instalación, gestión y funcionamiento de bibliotecas con la calidad y adecuación que requieren las zonas rurales seleccionadas, a partir de la rehabilitación de espacios con el uso de tecnologías constructivas propias de cada territorio, y la prestación de servicios bibliotecarios. De esta manera se amplía y fortalece la presencia institucional, y se inicia un proceso de transformación en las comunidades a través de los usuarios de las bibliotecas, desarrollando su potencial para mejorar entornos familiares y vecinales con sus propias acciones e interacciones. El sistema digital de información denominado "llave del saber" actúa como mecanismo de seguimiento del Programa. Desarrollada por la Biblioteca Nacional de Colombia, la "llave del saber" acumula información detallada sobre los usuarios inscritos en cada biblioteca, del número de visitas a los diferentes servicios y de la participación en las actividades organizadas. La experiencia acumulada y las lecciones aprendidas han permitido finalmente la elaboración de un modelo estandarizado de biblioteca pública rural hecho en Colombia.

El despliegue del nuevo modelo se inició con dos iniciativas piloto de bibliotecas públicas rurales en sendos territorios afectados por el conflicto armado, a través del mejoramiento de la infraestructura comunitaria y el fortalecimiento del capital social, lo que permitirá la posterior creación de bibliotecas en 150 municipios priorizados para la construcción de la paz en Colombia. La intencionalidad de la iniciativa trasciende así los resultados puntuales, al promover una incidencia estratégica territorial a escala nacional.

Los municipios seleccionados para la experiencia piloto fueron identificados en el marco del posconflicto y en departamentos priorizados por la Cooperación Española, siendo finalmente beneficiarios los habitantes de dos zonas rurales, el corregimiento de Cuatro Esquinas, en el municipio El Tambo (Cauca) y el corregimiento de Chuguldí en el municipio de Samaniego (Nariño),  además de los usuarios de las veredas vecinas que reciben servicios por medio de programas de extensión y ampliación de cobertura. Ambos municipios hacen parte de una región con abundantes recursos naturales y saberes tradicionales, pero de difícil accesibilidad y fuerte afectación por el conflicto armado.

El arduo recorrido por tortuosos caminos hasta llegar a los corregimientos quedó perfectamente descrito durante uno de los viajes de seguimiento institucional, cuando el conductor del vehículo preguntó dónde quedaba Chuguldí y un amable paisano, señalando la cima de una montaña, contestó: "allá arriba, donde están las nubes".

 

(*) Vereda es un término usado en Colombia para definir un tipo de subdivisión territorial de los diferentes municipios del país. Las veredas comprenden principalmente zonas rurales y se agrupan en corregimientos. En Colombia pueden contarse unas 30 mil veredas, que albergan la cuarta parte de la población nacional.

Luis Villanueva Cerezo es responsable en Colombia del Programa Patrimonio para el Desarrollo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.