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Título de la noticia RED DE EXPERTAS AECID ¿Cómo ayudar a Ucrania de forma eficaz?

Fecha de publicación de la noticia 25/03/2022 - 00:00

Resumen de la noticia El de Ucrania se ha convertido en el mayor desastre humanitario en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, si atendemos al número de personas desplazadas. El paso de los días permite identificar cuáles son las iniciativas y los mecanismos más útiles y aquellos que propician que la ayuda sea eficaz. En este contexto, España pone en marcha un paquete humanitario sin precedentes


Contenido de la noticia

Por Laura Moreno Lafuente.

Se cumple un mes desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. La población ucraniana en el área del Donbass, en los óblasts de Donetsk y Lugansk, ya sufría, desde hace casi siete años, la incidencia de un conflicto armado, con al menos 3 millones de personas con necesidades humanitarias. Sin embargo, el 24 de febrero, el conflicto entró en una nueva fase, dando lugar a un aumento de las hostilidades en la práctica totalidad del país. Tras varias semanas desde el inicio de la invasión rusa es posible hablar con algo más de propiedad sobre el estado actual de la situación.

A día de hoy, es posible afirmar que Europa se enfrenta a la mayor crisis de desplazamiento en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. ACNUR ya ha alertado de que es la peor crisis de su historia, no sólo por las altas cifras, sino por la velocidad a la que cambia la situación.

El pasado 15 de marzo se superó la cifra de los 3 millones de personas en cruzar las fronteras hacia países como Polonia, Rumanía, Moldavia, Hungría, Eslovaquia y, en menor medida, hacia Rusia

En la mayoría de las emergencias humanitarias, la población que huye en los primeros momentos suelen ser personas con recursos o con redes familiares fuera del país. Esto hace suponer que, en el medio plazo, el número de personas que se desplacen y huyan, aumente, y que sean en su mayoría familias con menos recursos. De ahí que la respuesta a una situación de este tipo no deba ser únicamente en clave de emergencia; es decir, rápida e inmediata; sino que debe plantearse también en el medio y en el largo plazo.

¿Cuál es la situación humanitaria a día de hoy? En las previsiones internacionales, se establece que, al menos, 12 millones de personas requerirán asistencia humanitaria, es decir, casi una de cada tres personas. Otros organismos prevén que sean 18 millones.

A pesar de la gravedad de la situación, y de que posiblemente aún no tengamos una foto clara de lo que está ocurriendo, ¿qué elementos podemos sacar en claro por el momento?

El primer aprendizaje, especialmente visible en este caso, es que las ofertas de solidaridad deben estar bien informadas. En las últimas semanas, han sido muchos los ciudadanos que se han movilizado, han organizado colectas o recogidas de material para enviar a Ucrania y a países limítrofes. 

Sin embargo, en estas situaciones lo más valioso son actuaciones coordinadas. ¿Por qué? Los envíos de bienes en especie o de materiales (ropa, mantas, medicamentos, etc.) no siempre son eficaces por distintas razones: complejidades administrativas, logísticas, y burocráticas; saturación de almacenes; imposibilidad de prever las necesidades humanitarias; impacto medioambiental de los envíos; repercusión en el correcto funcionamiento de los mercados locales; así como problemas en el reparto o un mal uso de la ayuda humanitaria o, incluso, de malversación.

Desde la AECID, se ha realizado una campaña de comunicación para priorizar las contribuciones dinerarias a organismos y ONGD presentes en terreno, que puede consultarse en este espacio de la página web: Crisis de Ucrania ¿Cómo puedo ayudar?. 

A esto se añade que, en situaciones dramáticas como la actual, se ponen en marcha estafas, fraudes y redes de trata de mujeres y menores; cuestiones muy delicadas que no deben perderse de vista.

El segundo elemento es el papel de los donantes para tratar de cubrir los llamamientos internacionales de emergencia que, para el caso de Ucrania se sitúan, por el momento, en más de dos billones de dólares. La respuesta humanitaria debe hacerse desde la coordinación y la complementariedad; en el caso español, se hace en el marco de la Unión Europea a través de la iniciativa Team Europe. En este ámbito se enmarca la respuesta humanitaria de España a la emergencia ucraniana, canalizada a través de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID, que asciende a un total de 31 millones de euros; un paquete humanitario sin precedentes en la historia de la cooperación española.

Esos fondos se van a destinar, en su mayoría, cerca de 26 millones de euros, a apoyar la labor de los organismos internacionales presentes en terreno (como ACNUR, OCHA, UNICEF, CICR o FNUAP) para paliar las necesidades de la población ucraniana dentro del país y en países limítrofes. El resto de fondos se destinan a otras medidas como envíos de ayuda directa, actuación coordinada con las CCAA; así como apoyo a ONGD españolas presentes en Ucrania y países limítrofes.

El tercero es la inestimable labor que realizan las y los cooperantes de ONGD y organismos humanitarios que se desplazan a zonas de conflicto para asistir a personas en situación de necesidad, el papel de los actores humanitarios internacionales que canalizan la ayuda y analizan las necesidades humanitarias en estos contextos. 

A pesar de la valiosa implicación de la ciudadanía europea en el caso ucraniano, las crisis humanitarias tienen, tristemente, especial facilidad para desaparecer del foco mediático; como ocurrió después del pasado verano con Afganistán y con otros contextos que acaban invisibilizándose cuando se vuelven crónicos. En el largo plazo, son los cooperantes y actores humanitarios quienes continúan estando presentes.

Y el último elemento es que, aunque la atención mediática se centre únicamente en la actual emergencia ucraniana, no debemos perder de vista la existencia de otras crisis humanitarias sumamente preocupantes, como continúan siendo, a día de hoy, Yemen, Siria, Etiopía, el Sahel, Afganistán o Venezuela

La Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA) ya alertó, antes del inicio del conflicto en Ucrania, sobre su profunda preocupación por la actual situación humanitaria a la que ahora se añade un aumento imparable del precio de los cereales, al ser Ucrania y Rusia dos importantes proveedores a nivel internacional. 

También es nuestro papel, como ciudadanía e instituciones, el tratar de evitar que otras crisis humanitarias queden relegadas a un segundo plano.

En definitiva, la emergencia humanitaria derivada del conflicto en Ucrania, a pesar del alcance de la tragedia, permite comprender qué es lo que mejor funciona en los primeros momentos de una situación crítica para así, tratar de dar una respuesta eficaz, coherente y respetuosa con los principios humanitarios y con las necesidades de la población afectada.

 

Laura Moreno Lafuente es Jefa de Servicio de Diplomacia Humanitaria de la Oficina de Acción Humanitaria, en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.