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Hoy se ha presentado el Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2019​, publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), organismo encargado de la salud sexual y reproductiva. El acto se ha desarrollado en la sede de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, bajo el auspiciado de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE),

La presentación del informe, que lleva por título “Un asunto pendiente. La defensa de los derechos y la libertad de decidir de todas las personas”, ha corrido a cargo de Luis Mora, responsable de Derechos Humanos, Género y Cultura de la UNFPA, acompañado de  Nuria Carrero, jefa del Departamento de Cooperación Multilateral y Unión Europea en la AECID; y de la doctora Isabel Serrano, integrante y representante de la FPFE.

Durante su intervención, Nuria Carrero ha agradecido a UNFPA, un socio estratégico de la Cooperación Española, que haya puesto la mirada en un punto clave para la Agenda de Desarrollo como son los derechos sexuales y reproductivos. También ha hecho un repaso de los logros alcanzados por UNFPA durante sus 50 años de funcionamiento y del camino que aún queda por recorrer.

 La jefa del Departamento de Cooperación Multilateral y Unión Europea en la AECID, Nuria Carrero durante su intervención

Por lo que se refiere al informe sobre población de 2019, Nuría Carrero ha destacado que se reitera la existencia de desigualdades en el acceso a la salud vinculadas a la capacidad económica y se felicita de que la Agenda 2030 haya incorporado los derechos reproductivos como objetivo específico dentro de los ODS.

En representación de la FPFE ha intervenido la Dra. Isabel Serrano, especialista en Obstetricia y Ginecología que, entre otras actividades, ha trabajado 35 años como ginecóloga en el Programa de Salud Sexual y Reproductiva de Madrid Salud. Después de hacer un repaso de los logros alcanzados en los últimos años en nuestro país en materia de derechos sexuales y reproductivos ha apuntado la necesidad de materializar estas metas a escala global, para lo que sería necesario disminuir las desigualdades entre la parte rica y la parte pobre del planeta.

El representante de UNFPA, Luis Mora, tras afirmar que “de la capacidad de decidir de las mujeres depende el futuro del mundo”, se ha referido a los cambios experimentados en la vida sexual y reproductiva de las mujeres en los últimos 25 años. Hace solo 26 años, en 1993, que se reconocían en Viena los derechos de la mujer como derechos humanos y 25 desde que, en la Conferencia de El Cairo, se admitía por primera vez que los derechos reproductivos eran claves para el desarrollo.

Sin embargo, ha reconocido que los logros conseguidos son insuficientes y ha señalado los peligros que entraña la tendencia actual en la que estamos asistiendo a un traslado de las cuestiones relacionadas con los derechos sexuales y reproductivos del ámbito privado al ámbito público y de mercado, con la creación de otras reglas y otras formas de sometimiento y explotación de las mujeres, agravadas por cuestiones de étnica, migración o pobreza.

El informe UNFPA 2019 llega en un momento importante: el 50 aniversario del comienzo de las actividades del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el principal organismo mundial en materia de población y desarrollo, y el 25 aniversario de la histórica Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) celebrada en El Cairo en 1984 y que supuso un enorme respaldo a los derechos sexuales y reproductivos.
En él, UNFPA hace balance de lo logrado, del papel que la sociedad civil ha jugado en ello y de lo que queda por hacer, en especial para acabar con la desigualdad en el acceso al ejercicio de los derechos.

Según expone la doctora Natalia Kanem, directora Ejecutiva de UNFPA, en el prólogo del informe, si bien la disponibilidad de anticonceptivos ha aumentado a lo largo de los
años, hoy en día aún existen cientos de millones de mujeres que no tienen acceso a ellos o a las opciones reproductivas que los acompañan. Sin dicho acceso, carecen del poder para tomar decisiones sobre sus propios cuerpos, incluso sobre la posibilidad o el momento del embarazo.

La falta de esta capacidad influye en muchas otras facetas de la vida, desde la educación hasta los ingresos y la seguridad, e impide que las mujeres puedan formar su propio futuro, por lo que la lucha por el ejercicio de los derechos y la libertad de decisión debe continuar hasta convertirse en una realidad para todos.