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Reunión Escuelas saludables

Pie de foto: Reunión Escuelas saludables

Título de la noticia Día Mundial del Agua: Agua y Empleo, el FCAS apoya la formación en Agua en El Salvador y en Guatemala

Fecha de publicación de la noticia 22/03/2016 - 00:00

Resumen de la noticia La labor de la Cooperación Española en agua nos da la oportunidad de reflexionar sobre como Agua y Empleo se han convertido en elementos cada vez más útiles para que mujeres y niñas ocupen el lugar que les corresponde en el proceso de desarrollo


Contenido de la noticia

​El agua es un elemento esencial de la vida. Pero además de esencial para calmar la sed o en la protección de la salud, el agua es vital para la creación de puestos de trabajo y apoyar el desarrollo económico, social y humano.

Hoy en día, la mitad de los trabajadores del mundo trabajan en sectores relacionados con el agua. Por otra parte, casi todos los puestos de trabajo, con independencia del sector, dependen directamente de esta. El Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), con el objetivo de fortalecer las capacidades de administración, operación y mantenimiento de los administradores y empleados de juntas rurales, por medio de capacitaciones, asesorías y apoyo técnico constante, acaba de apoyar el Centro de Formación Integral para Operadores y Administradores de Sistemas de Agua Potable en El Salvador. Esta infraestructura y su equipamiento han sido financiados con recursos de la Cooperación Española en el programa gestionado con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo.

Los beneficiados, personal empleado en juntas rurales de agua y saneamiento, tendrán a su disposición un centro de análisis que será utilizado como herramienta de capacitación en la administración, operación y contabilidad a los sistemas de agua potable y saneamiento de las zonas rurales de El Salvador.

El taller de bombas permite que los participantes adquieran conocimientos en los diferentes sistemas de arranque para los equipos de bombeo y mantenimiento, mientras que el laboratorio se usará para capacitar a los operadores para asegurar la cloración efectiva en las plantas de bombeo.

La labor de la Cooperación Española en agua nos da la oportunidad de reflexionar sobre como Agua y Empleo se han convertido en elementos cada vez más útiles para que mujeres y niñas ocupen el lugar que les corresponde en el proceso de desarrollo, especialmente en países como Guatemala donde historia y tradición han jugado un papel que ayuda poco a superar situaciones de desigualdad e incluso de discriminación.

Los proyectos que se llevan a cabo en el marco del FCAS en Guatemala contienen varios aspectos que conforman su razón de ser; en la medida en que se mejore el acceso al servicio de agua y saneamiento las mujeres podrán disponer de mayor autonomía para desarrollarse y trabajar en lo que deseen, por otro lado este acceso mejorado al servicio de agua potable y saneamiento incide claramente en la disminución del absentismo escolar en niñas.

La realidad de las comunidades más desfavorecidas de Guatemala es de sobra conocida; desnutrición infantil, violencia contra las mujeres y las niñas, limitado acceso a servicios básicos, pero más allá de éstas terribles evidencias, de estas realidades que tradicionalmente sirven para justificar el trabajo de la Cooperación Española, este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, debe servir para reconocer la labor de muchas guatemaltecas que han hecho de su formación, de su experiencia y de su trabajo la herramienta fundamental para tratar de superar situaciones que suponen un lastre en el proceso de desarrollo de Guatemala.

Una de esas mujeres es María Elena Menchú, orgullosa quezalteca e Ingeniera del FCAS en Guatemala, que reconoce como algo extraordinario que una mujer sea Ingeniera y más aún que ejerza su profesión en el terreno, aunque lo explica de una manera muy sencilla: “Fue mi papá, él no era machista y tuve una infancia rara, aunque tenía muñecos me compraba robots y nunca faltaron libros de matemáticas y problemas para resolver, mi papá hizo que me gustaran las matemáticas y cuando quise estudiar Ingeniería él me apoyó”.


María Elena Menchú. Foto: Cindy de León


María Elena nunca escuchó un no de su padre cuando decidió estudiar Ingeniería en la Universidad de San Carlos en Quetzaltenango, la universidad pública de Guatemala y la segunda ciudad más importante del país.

Pero lo que según María Elena le cambió como persona fue trabajar durante ocho años con un proyecto de vivienda mínima para retornados del conflicto interno. Este proyecto le permitió conocer las condiciones en las que regresaban a su país muchas familias que tuvieron que abandonarlo años antes, volvían dejando atrás un doloroso pasado y sus propiedades, el gobierno a través de programas con este de vivienda les ofrecía una casa humilde de 6x6 metros pero sin atender algunas necesidades básicas como agua y saneamiento.

María Elena recuerda con cariño esa etapa pero no olvida la dureza del trabajo; interminables horas por caminos rurales de los departamentos de Escuintla, San Marcos y Cobán, y es precisamente recorriendo esos caminos y con el tiempo que se tiene para pensar entre comunidad y comunidad que María Elena comenzó a cambiar su modo de ver su vida y la de las personas con las que trabajaba: “Ahí nació mi conciencia social, viendo tanta necesidad y tratando de ayudar con lo poco que podíamos ofrecer, esa conciencia social me dio satisfacción y también me hizo persona, comencé a ser persona porque comencé a comprender las necesidades”.

Cuando María Elena trata de dibujar una imagen que defina esa etapa de su vida surgen en su memoria las caras agradecidas de cientos de mujeres y hombres.
Pero…¿y el agua?, ¿y la vinculación de María Elena con el FCAS?, su respuesta es rápida y tajante: “El agua es el futuro, es todo, sin agua no hay futuro, el agua es la vida, es necesaria para pensar y es necesaria para trabajar”, María Elena dice, y se dibuja una gran sonrisa en su rostro, que el FCAS es uno de los mejores accidentes de su vida, porqué llegó sin pensarlo, como un regalo.

Aunque su experiencia en materia de agua y saneamiento no era muy amplia, la Mancomunidad de Municipios de La Laguna en el Lago Atitlán confió en ella como Directora del Programa, esto supuso un cambio de vida y algo evidente, cambiar Quetzaltenango por San Pedro La Laguna. María Elena recuerda con mucho cariño sus inicios en la Mancomunidad donde vivió interminables jornadas de trabajo que le sirvieron de aprendizaje, “Hoy más que nunca estoy segura que la profesión del Ingeniero debe servir para ayudar a que la gente logré un mejor nivel de vida”.

“¿Y para mí qué es el FCAS?: Es Cooperación porque un proyecto de agua necesita muchas cosas, el recurso de España y de los Ingenieros españoles, el apoyo de todos los Ingenieros y Técnicos que conformamos el equipo de gestión de infraestructura y también las comunidades, hace falta su apoyo y su trabajo”.

María Elena vuelve a recurrir a su memoria y transmite orgullo al decir que una obra gris comienza y acaba, pero que las obras del FCAS son sostenibles y vuelve a pensar que por eso estas obras son Cooperación.

Cuando María Elena recuerda imágenes de su trabajo con las comunidades dice que ve una niña de cinco años que va a la escuela, sin parásitos, sin desnutrición y que estudiará y que podrá razonar, esta niña seguramente será más libre que su mamá. También ve a una señora embarazada que tendrá un bebé sano, pero sobre todo ve un chorro (grifo) que al abrirlo sale futuro.

El poder del agua y del empleo transforma la vida de las personas.