Reindy (Hermana), una apuesta por las artes escénicas, la diversidad y la inclusión, en el Museo Thyssen-Bornemisza
Reindy (Hermana), una apuesta por las artes escénicas, la diversidad y la inclusión, en el Museo Thyssen-Bornemisza
La bailarina paraguaya Jessica Díaz, integrante del elenco Alas Abiertas, presenta esta performance en el Museo Thyssen en homenaje a todas las mujeres. Esta iniciativa forma parte del ciclo Visión y Presencia, un proyecto apoyado por la AECID que reúne a mujeres artistas de distintas nacionalidades, unidas por la reivindicación de la igualdad de género como un derecho fundamental y pilar esencial para el desarrollo sostenible
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha presentado por primera vez a una artista paraguaya de las artes en movimiento. Jessica Díaz, bailarina e integrante del elenco Alas Abiertas, irrumpió el pasado 11 de junio en los espacios del Museo con la obra performática “Reindy” (Hermana).
“Reindy” explora el concepto “hermana” en el idioma guaraní, un término que trasciende el vínculo sanguíneo y se liga a lo espiritual, al trabajo compartido, la complicidad, el amor y la lucha de mujeres de todo el mundo. Desde las hermanas Brontë en la literatura, hasta luchadoras anónimas o célebres, como Carmen, Martina, Blanca, Pilar, Julia, Adelina, Elena, Virtudes, Ana, Joaquina, Dionisia, Victoria y Luisa; o Germaine de Staël y Olympe de Gouges en la concepción de nuevas y mejores sociedades. Todas ellas son mujeres y reindy (hermanas). Hermanas espirituales, de sangre, de vida, por convicción, y hermanas en la revolución. Mujeres luchadoras de todos los tiempos cuya memoria y legado sigue siendo reivindicado en la actualidad y a las que la artista rinde homenaje en esta performance.
UN CICLO DE PERFORMANCES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA
Esta puesta en escena se enmarca en Visión y Presencia 2025, un ciclo anual impulsado por el Museo Thyssen con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La iniciativa convoca a mujeres artistas de diversas nacionalidades para intervenir diferentes espacios del museo con representaciones inéditas que invitan a reflexionar sobre las desigualdades de género.
En su cuarta edición, el ciclo integra artistas de España, México, Angola, Cuba y Chile, a las que se suman creadoras de Uruguay, Paraguay y Costa Rica, gracias a la colaboración de la Red de Centros Culturales de la AECID.
UN CICLO DE PERFORMANCES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA
Eloísa Vaello, subdirectora de Cooperación y Acción Cultural para el Desarrollo Sostenible de la AECID, destaca la importancia del encuentro e intercambio entre mujeres artistas de distintos países para visibilizar su trabajo a través el arte y la cultura, y reflexionar sobre las desigualdades de género en el mundo: “Para la AECID es muy importante reconocer que estas desigualdades nos afectan a todas y a todos, más allá de nuestras fronteras. Desde la Agencia apostamos por la creación de nuevas narrativas que fomenten el conocimiento y el diálogo entre territorios para construir discursos que fortalezcan futuros más justos y equitativos. Reivindicamos la igualdad de género no solo como un derecho humano fundamental, sino como una base necesaria para conseguir un desarrollo sostenible para todas y todos”. Un ciclo “feminista y comprometido con las buenas prácticas”, como reconoce Semíramis González, curadora de Visión y Presencia.
La participación de Jessica Díaz representa no solo una presencia inédita para Paraguay en este importante espacio cultural, sino también una voz singular dentro del programa. Su propuesta escénica enlaza con los ejes del ciclo desde una perspectiva profundamente sensible y personal, que encuentra en el cuerpo y en la danza un medio para narrar historias de resistencia, vínculos y memoria compartida entre mujeres.
UNA APUESTA POR LAS ARTES ESCÉNICAS, LA DIVERSIDAD Y LA INCLUSIÓN
La performance, en cuya construcción han participado también otros destacados artistas, como Javier Palma (música) y Javier Valdez (fotografía), forma parte de un largo trabajo de investigación y desarrollo de Alas Abiertas. Este proyecto promueve la danza como herramienta de inclusión social y artística, sirviendo como plataforma de acercamiento a esta disciplina para niños, niñas y jóvenes con discapacidad y necesidades educativas especiales en Paraguay. Iniciado en 2007, Alas Abiertas constituye un importante proyecto de cooperación entre España y Paraguay a través de la Danza, recuerda Sergio Núñez, “han pasado muchos años desde que la gestora cultural, directora y artista española Mercedes Pacheco, dio inicio al proyecto Alas Abiertas en Paraguay, es hoy en día un elenco profesional de danza que ha llevado a Jessica a estar presente en festivales y encuentros de danza en Chile, Brasil, España y Paraguay y ahora, por primera vez, en un espacio tan importante como el Museo Thyssen- Bornemizsa”.
En esta obra, Jessica Díaz pone el cuerpo en escena por las mujeres silenciadas: “Reindy, ha sido para mí un acto íntimo de memoria, cuerpo y resistencia. A mis 23 años, como bailarina con discapacidad visual, cada movimiento que realizo en escena nace de una escucha profunda: a mí misma, al espacio, a las historias que me habitan, desde la emoción y el eco de tantas voces de mujeres que alguna vez fueron silenciadas. ...Cada vez que me planto en escena, siento que bailo por todas aquellas que no pudieron hacerlo. Por quienes no tuvieron un escenario, ni un espacio donde expresarse. En esta obra, encontré una forma distinta de ser escuchada. Reindy no es solo una obra. Es un acto de amor, de justicia y de memoria. Ese instante en el que mi cuerpo habla sin palabras, es mi forma de decir: aquí estoy, y danzo por nosotras”, señala la artista.
EL CCE JUAN DE SALAZAR: UN CAMINO HACIA LA INCLUSIÓN
El CCE Juan de Salazar impulsa este proyecto desde sus inicios, como parte de su compromiso con la cooperación cultural para el desarrollo y apoyo a la creación local, y sus esfuerzos por garantizar el acceso a la cultura de las personas con discapacidad y la no discriminación: “Desde el Centro Cultural promovemos el arte escénico como herramienta para fomentar la inclusión y la accesibilidad, reuniendo a personas con y sin discapacidad en procesos creativos únicos”, señala Laura Mesa, directora del CCE Juan de Salazar, quien además menciona otros importantes avances que el CCE ha implementado en el último año. Entre otros, la incorporación de visitas auditivas a sus salas de exposiciones, a través de un código QR y una app que permiten escuchar una descripción completa sobre los diferentes artistas que exponen, sus obras y la distribución en sala; o los paseos escénicos, que facilitan el acceso al espacio escénico de personas con visibilidad reducida, pudiendo tocar el vestuario y conocer las voces de los personajes, y haciéndoles, en definitiva, partícipes del espectáculo que posteriormente van a disfrutar.
Su participación representa una línea de trabajo de cooperación para el desarrollo que la AECID viene desarrollando desde hace años, en diálogo con artistas, investigadoras y colectivos que piensan críticamente desde el sur. Con ella se renueva el compromiso de crear espacios que alienten la reflexión colectiva, el cruce de miradas y la visibilización de relatos que han sido históricamente silenciados o marginalizados. Es, de alguna manera, una invitación a imaginar otros modos de estar y de mirar, a habitar el presente con conciencia crítica y a proyectar futuros más inclusivos desde el arte y la cultura.
VISIÓN Y PRESENCIA
Iniciado en 2022, el ciclo Visión y presencia, consolida una agenda anual de 10 performances que se presentan en escena una vez al mes. A lo largo de estos años, la iniciativa ha ido adquiriendo relevancia en el plano teórico, con un desarrollo discursivo e intelectual que integra, además, conferencias asociadas a las performances, como una línea de trabajo e investigación en este tipo de formatos.
Un miércoles al mes el museo abre sus puertas y espacios, salas de la colección, la entrada, el patio o el jardín, para reflexionar a través del arte performático sobre temas del presente. Cada propuesta aborda cuestiones contemporáneas como la violencia contra las mujeres, la diversidad racial, el colonialismo, la migración, la crisis climática, o la escasez de recursos naturales.
Guillermo Solana, director artístico del Thyssen pone en valor esta iniciativa: “Los museos no son simplemente lugares para objetos y cosas; son, sobre todo, escenarios de acontecimientos. Es en estos espacios en donde el papel de la performance en todas sus variedades, asociado con la transformación feminista, ha inspirado este programa.”
Reindy (Hermana), una apuesta por las artes escénicas, la diversidad y la inclusión, en el Museo Thyssen-Bornemisza
La bailarina paraguaya Jessica Díaz, integrante del elenco Alas Abiertas, presenta esta performance en el Museo Thyssen en homenaje a todas las mujeres. Esta iniciativa forma parte del ciclo Visión y Presencia, un proyecto apoyado por la AECID que reúne a mujeres artistas de distintas nacionalidades, unidas por la reivindicación de la igualdad de género como un derecho fundamental y pilar esencial para el desarrollo sostenible
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha presentado por primera vez a una artista paraguaya de las artes en movimiento. Jessica Díaz, bailarina e integrante del elenco Alas Abiertas, irrumpió el pasado 11 de junio en los espacios del Museo con la obra performática “Reindy” (Hermana).
“Reindy” explora el concepto “hermana” en el idioma guaraní, un término que trasciende el vínculo sanguíneo y se liga a lo espiritual, al trabajo compartido, la complicidad, el amor y la lucha de mujeres de todo el mundo. Desde las hermanas Brontë en la literatura, hasta luchadoras anónimas o célebres, como Carmen, Martina, Blanca, Pilar, Julia, Adelina, Elena, Virtudes, Ana, Joaquina, Dionisia, Victoria y Luisa; o Germaine de Staël y Olympe de Gouges en la concepción de nuevas y mejores sociedades. Todas ellas son mujeres y reindy (hermanas). Hermanas espirituales, de sangre, de vida, por convicción, y hermanas en la revolución. Mujeres luchadoras de todos los tiempos cuya memoria y legado sigue siendo reivindicado en la actualidad y a las que la artista rinde homenaje en esta performance.
UN CICLO DE PERFORMANCES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA
Esta puesta en escena se enmarca en Visión y Presencia 2025, un ciclo anual impulsado por el Museo Thyssen con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La iniciativa convoca a mujeres artistas de diversas nacionalidades para intervenir diferentes espacios del museo con representaciones inéditas que invitan a reflexionar sobre las desigualdades de género.
En su cuarta edición, el ciclo integra artistas de España, México, Angola, Cuba y Chile, a las que se suman creadoras de Uruguay, Paraguay y Costa Rica, gracias a la colaboración de la Red de Centros Culturales de la AECID.
UN CICLO DE PERFORMANCES DESDE UNA MIRADA FEMINISTA
Eloísa Vaello, subdirectora de Cooperación y Acción Cultural para el Desarrollo Sostenible de la AECID, destaca la importancia del encuentro e intercambio entre mujeres artistas de distintos países para visibilizar su trabajo a través el arte y la cultura, y reflexionar sobre las desigualdades de género en el mundo: “Para la AECID es muy importante reconocer que estas desigualdades nos afectan a todas y a todos, más allá de nuestras fronteras. Desde la Agencia apostamos por la creación de nuevas narrativas que fomenten el conocimiento y el diálogo entre territorios para construir discursos que fortalezcan futuros más justos y equitativos. Reivindicamos la igualdad de género no solo como un derecho humano fundamental, sino como una base necesaria para conseguir un desarrollo sostenible para todas y todos”. Un ciclo “feminista y comprometido con las buenas prácticas”, como reconoce Semíramis González, curadora de Visión y Presencia.
La participación de Jessica Díaz representa no solo una presencia inédita para Paraguay en este importante espacio cultural, sino también una voz singular dentro del programa. Su propuesta escénica enlaza con los ejes del ciclo desde una perspectiva profundamente sensible y personal, que encuentra en el cuerpo y en la danza un medio para narrar historias de resistencia, vínculos y memoria compartida entre mujeres.
UNA APUESTA POR LAS ARTES ESCÉNICAS, LA DIVERSIDAD Y LA INCLUSIÓN
La performance, en cuya construcción han participado también otros destacados artistas, como Javier Palma (música) y Javier Valdez (fotografía), forma parte de un largo trabajo de investigación y desarrollo de Alas Abiertas. Este proyecto promueve la danza como herramienta de inclusión social y artística, sirviendo como plataforma de acercamiento a esta disciplina para niños, niñas y jóvenes con discapacidad y necesidades educativas especiales en Paraguay. Iniciado en 2007, Alas Abiertas constituye un importante proyecto de cooperación entre España y Paraguay a través de la Danza, recuerda Sergio Núñez, “han pasado muchos años desde que la gestora cultural, directora y artista española Mercedes Pacheco, dio inicio al proyecto Alas Abiertas en Paraguay, es hoy en día un elenco profesional de danza que ha llevado a Jessica a estar presente en festivales y encuentros de danza en Chile, Brasil, España y Paraguay y ahora, por primera vez, en un espacio tan importante como el Museo Thyssen- Bornemizsa”.
En esta obra, Jessica Díaz pone el cuerpo en escena por las mujeres silenciadas: “Reindy, ha sido para mí un acto íntimo de memoria, cuerpo y resistencia. A mis 23 años, como bailarina con discapacidad visual, cada movimiento que realizo en escena nace de una escucha profunda: a mí misma, al espacio, a las historias que me habitan, desde la emoción y el eco de tantas voces de mujeres que alguna vez fueron silenciadas. ...Cada vez que me planto en escena, siento que bailo por todas aquellas que no pudieron hacerlo. Por quienes no tuvieron un escenario, ni un espacio donde expresarse. En esta obra, encontré una forma distinta de ser escuchada. Reindy no es solo una obra. Es un acto de amor, de justicia y de memoria. Ese instante en el que mi cuerpo habla sin palabras, es mi forma de decir: aquí estoy, y danzo por nosotras”, señala la artista.
EL CCE JUAN DE SALAZAR: UN CAMINO HACIA LA INCLUSIÓN
El CCE Juan de Salazar impulsa este proyecto desde sus inicios, como parte de su compromiso con la cooperación cultural para el desarrollo y apoyo a la creación local, y sus esfuerzos por garantizar el acceso a la cultura de las personas con discapacidad y la no discriminación: “Desde el Centro Cultural promovemos el arte escénico como herramienta para fomentar la inclusión y la accesibilidad, reuniendo a personas con y sin discapacidad en procesos creativos únicos”, señala Laura Mesa, directora del CCE Juan de Salazar, quien además menciona otros importantes avances que el CCE ha implementado en el último año. Entre otros, la incorporación de visitas auditivas a sus salas de exposiciones, a través de un código QR y una app que permiten escuchar una descripción completa sobre los diferentes artistas que exponen, sus obras y la distribución en sala; o los paseos escénicos, que facilitan el acceso al espacio escénico de personas con visibilidad reducida, pudiendo tocar el vestuario y conocer las voces de los personajes, y haciéndoles, en definitiva, partícipes del espectáculo que posteriormente van a disfrutar.
Su participación representa una línea de trabajo de cooperación para el desarrollo que la AECID viene desarrollando desde hace años, en diálogo con artistas, investigadoras y colectivos que piensan críticamente desde el sur. Con ella se renueva el compromiso de crear espacios que alienten la reflexión colectiva, el cruce de miradas y la visibilización de relatos que han sido históricamente silenciados o marginalizados. Es, de alguna manera, una invitación a imaginar otros modos de estar y de mirar, a habitar el presente con conciencia crítica y a proyectar futuros más inclusivos desde el arte y la cultura.
VISIÓN Y PRESENCIA
Iniciado en 2022, el ciclo Visión y presencia, consolida una agenda anual de 10 performances que se presentan en escena una vez al mes. A lo largo de estos años, la iniciativa ha ido adquiriendo relevancia en el plano teórico, con un desarrollo discursivo e intelectual que integra, además, conferencias asociadas a las performances, como una línea de trabajo e investigación en este tipo de formatos.
Un miércoles al mes el museo abre sus puertas y espacios, salas de la colección, la entrada, el patio o el jardín, para reflexionar a través del arte performático sobre temas del presente. Cada propuesta aborda cuestiones contemporáneas como la violencia contra las mujeres, la diversidad racial, el colonialismo, la migración, la crisis climática, o la escasez de recursos naturales.
Guillermo Solana, director artístico del Thyssen pone en valor esta iniciativa: “Los museos no son simplemente lugares para objetos y cosas; son, sobre todo, escenarios de acontecimientos. Es en estos espacios en donde el papel de la performance en todas sus variedades, asociado con la transformación feminista, ha inspirado este programa.”
