Para hacer un recuento cabal de la intensidad de las relaciones de España con América Latina, es conveniente reparar en las palabras de SM el rey don Felipe VI durante su visita, como Príncipe de Asturias, a la Universidad de Harvard en el año 2012. “España es una nación americana”. Esta aparente paradoja geográfica tiene un sustento histórico, cultural, lingüístico, y económico, pero tiene sobre todo una carga profunda de vocación política, que convierte a la relación de España con América Latina en una constante en nuestras relaciones internacionales.

Esto ha sido así a lo largo de los siglos pero se ha intensificado desde nuestra Constitución de 1978 que da un mandato claro en su artículo Art. 56.1 cuando confiere al Rey como Jefe del Estado la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica.

A partir de entonces, la política exterior hacia América Latina ha sido una prioridad compartida no solo por los diferentes gobiernos sino también por los tres poderes del Estado, por las demás instituciones y por la sociedad española en su conjunto. Se ha tratado, por tanto, de una prioridad constante que se incrementa en cada legislatura como un legado que se cuida y perfecciona en una densa red de relaciones y de acuerdos.

Ahora toca rendir cuentas de las aportaciones de esta legislatura (2012-2016) a este legado, con un recuento de las acciones emprendidas y de las aportaciones realizadas tanto en el plano bilateral como en los escenarios multilaterales en los que se desarrollan las relaciones entre España y América Latina. (...)

Jesús M. Gracia Aldaz. Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica

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