La Acción Humanitaria tiene como objeto
proteger y salvar vidas, prevenir y aliviar el sufrimiento humano, atender las
necesidades básicas e inmediatas de la población y promover sus derechos, todo
ello desde una perspectiva de reducción de la vulnerabilidad y fortalecimiento
de capacidades.
La AECID, a través de la Oficina de Acción
Humanitaria, asume la coordinación y el liderazgo de la Acción Humanitaria
española, tanto en contextos afectados por crisis humanitarias como en los
foros humanitarios internacionales y regionales. Así, promueve la asociación
con socios humanitarios relevantes, donantes, organismos internacionales
especializados, organizaciones no gubernamentales (ONG), universidades,
centros de pensamiento (think tanks), empresas y el desarrollo de una
política pública en acción humanitaria con otros actores estatales, Comunidades
Autónomas y Federación Española de Municipios y Provincias.
La Acción Humanitaria española se rige por
los principios del Derecho Internacional Humanitario de independencia,
humanidad, neutralidad e imparcialidad, así como por diferentes instrumentos,
como son: los cuatro Convenios de Ginebra (1949) y sus Protocolos Adicionales I
y II (1977), su Protocolo Adicional III (2005), la Convención sobre
el Derecho Internacional de los Refugiados (1951) y su Protocolo
(1967), las Directrices de Oslo (1998), el Convenio de Ayuda Alimentaria
(1999), los Principios y Buenas Prácticas de la Donación Humanitaria (2003), el
Consenso Europeo sobre Ayuda Humanitaria (2007), el Marco de Sendai para la
Reducción de Riesgos de Desastres 2015-2030, los Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2015-2030 y los compromisos de la primera Cumbre Mundial Humanitaria
y su Agenda para la Humanidad (2016), junto con el Grand Bargain humanitario.
Desde finales de la década de los años 80, la
Ayuda Humanitaria española se concentró en la respuesta a emergencias a través
del envío urgente y con carácter no discriminado del material de socorro
necesario (incluida la ayuda alimentaria) a las crisis surgidas de conflictos y,
especialmente, a las provocadas por desastres naturales. El tránsito hacia una
Acción Humanitaria de alcance más amplio, que incluye acciones de preparación
de riesgos ante desastres, acciones de rehabilitación temprana, la atención a
crisis olvidadas y la coordinación con otros actores internacionales, se
produce con el II Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008. Bajo
este marco, se aprueba la primera Estrategia de Acción Humanitaria de la Cooperación Española
(2007) y se crea la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID
(2007). Esto, junto con el incremento progresivo del volumen de fondos
dedicados a Acción Humanitaria –que llegó a alcanzar el 10% de la Ayuda Oficial
al Desarrollo total en 2011– ha permitido situar a España como un donante
internacional relevante a nivel humanitario.
El V Plan Director de la
Cooperación Española 2018-2021 afronta el cambio general de
paradigma al que apuntó la Agenda para la Humanidad emanada de la Cumbre
Humanitaria Mundial de 2016. Además, diez años después de la primera Estrategia
humanitaria, se ha adoptado una nueva Estrategia en marzo de 2019.
La nueva Estrategia de Acción Humanitaria de
la Cooperación Española (2019-2026), con enfoque multilateral y europeísta,
recoge los aspectos clave de este nuevo paradigma (resiliencia y nexo humanitario-desarrollo, flexibilidad en la
financiación, localización o transferencias en efectivo) al tiempo que
asume compromisos ambiciosos en materia de género, protección o diplomacia
humanitaria. La Estrategia ha sido elaborada mediante un amplio proceso de
consultas con los distintos actores de la Cooperación Española que han recogido
además el compromiso de destinar el 10% de la
Ayuda Oficial al Desarrollo a ayuda humanitaria.
Por último, en el incremento progresivo de
recursos de la AOD española, se dará prioridad a la ayuda humanitaria y se
fomentará una mayor participación de la cooperación oficial descentralizada. Este
enfoque estratégico de la Acción Humanitaria española se ha valorado muy
positivamente en el último Examen de Pares del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE a
España (2016), donde se aprecian los esfuerzos de coordinación de la Oficina
de Acción Humanitaria con los actores internacionales y nacionales, y se anima
a España a incrementar el presupuesto en Acción Humanitaria.