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Título de la noticia Rompiendo el ciclo: La lucha de Dhubo Daud Bulla contra la mutilación genital femenina

Fecha de publicación de la noticia 15/04/2025 - 07:40

Resumen de la noticia

¿Puede una sola voz cambiar una tradición profundamente arraigada? Dhubo Daud Bulla lo hizo. Esta es la historia de cómo una mujer rompió el silencio y transformó su comunidad


Contenido de la noticia

Dhubo Daud Bulla nació en un mundo donde la tradición dictaba el destino de las niñas. En su comunidad del Cuerno de África, la mutilación genital femenina (MGF) era un rito de paso incuestionable, una práctica profundamente arraigada que marcaba el inicio de la vida adulta. Como tantas otras antes que ella, Dhubo fue sometida al procedimiento siendo apenas una niña, sin entender el dolor, el miedo ni las consecuencias físicas y emocionales que arrastraría para siempre.

Durante años, creyó que aquel sufrimiento era inevitable. Que el silencio era parte del legado que debía heredar. Pero su vida dio un giro cuando participó en unas sesiones de sensibilización comunitaria organizadas por Pastoralist Concern, una ONG local que trabaja junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en el marco de un programa para la erradicación de la MGF.

En esas sesiones, Dhubo aprendió algo que jamás imaginó: que lo que le habían hecho no era una obligación ni una tradición digna de orgullo, sino una violación de sus derechos, una amenaza a su salud y una fuente de sufrimiento evitable. Comprendió que la práctica que se había presentado como parte de la identidad de su pueblo estaba, en realidad, robando vidas, cuerpos y futuros.

Entonces, tomó una decisión valiente: alzar la voz. Empezó por lo más difícil, hablar con su propia familia. Luego, con mujeres de su comunidad, madres, abuelas, niñas. Con líderes tradicionales. Su mensaje no siempre fue bien recibido. Hubo rechazo, incomprensión, miedo. Pero Dhubo persistió. Su historia personal, su empatía y su convicción empezaron a abrir grietas en un muro de silencio que parecía inquebrantable.

Con el apoyo de la Cooperación Española y de otras defensoras locales, Dhubo organizó talleres, encuentros y charlas. Aprendió a hablar en público. A escuchar. A proponer. Pronto, mujeres que antes habían sido practicantes de la MGF se sumaron a su causa. Algunas, incluso, se convirtieron en referentes del cambio dentro de la comunidad.

El momento más significativo llegó cuando los líderes locales, tradicionalmente guardianes de las normas, accedieron a dialogar. A escuchar. A reconocer que, en nombre de una costumbre, se estaba perpetuando el daño. Gracias a este trabajo colectivo, en pocos años se ha logrado reducir notablemente el número de niñas sometidas a la MGF en la región.

La historia de Dhubo no es solo una historia de resistencia, es también una historia de transformación. Demuestra que el cambio comienza con una sola voz que se niega a callar. Que cuando una mujer se levanta por sus derechos, abre el camino para muchas otras. Que, con apoyo, formación y cooperación, es posible romper los ciclos más dolorosos.

Hoy, Dhubo es una referente local. Una mentora. Una líder. Y, sobre todo, una prueba viva de que otro futuro es posible. Uno donde las niñas crezcan libres, seguras y respetadas.

Rompiendo el ciclo: La lucha de Dhubo Daud Bulla contra la mutilación genital femenina

¿Puede una sola voz cambiar una tradición profundamente arraigada? Dhubo Daud Bulla lo hizo. Esta es la historia de cómo una mujer rompió el silencio y transformó su comunidad

Dhubo Daud Bulla nació en un mundo donde la tradición dictaba el destino de las niñas. En su comunidad del Cuerno de África, la mutilación genital femenina (MGF) era un rito de paso incuestionable, una práctica profundamente arraigada que marcaba el inicio de la vida adulta. Como tantas otras antes que ella, Dhubo fue sometida al procedimiento siendo apenas una niña, sin entender el dolor, el miedo ni las consecuencias físicas y emocionales que arrastraría para siempre.

Durante años, creyó que aquel sufrimiento era inevitable. Que el silencio era parte del legado que debía heredar. Pero su vida dio un giro cuando participó en unas sesiones de sensibilización comunitaria organizadas por Pastoralist Concern, una ONG local que trabaja junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en el marco de un programa para la erradicación de la MGF.

En esas sesiones, Dhubo aprendió algo que jamás imaginó: que lo que le habían hecho no era una obligación ni una tradición digna de orgullo, sino una violación de sus derechos, una amenaza a su salud y una fuente de sufrimiento evitable. Comprendió que la práctica que se había presentado como parte de la identidad de su pueblo estaba, en realidad, robando vidas, cuerpos y futuros.

Entonces, tomó una decisión valiente: alzar la voz. Empezó por lo más difícil, hablar con su propia familia. Luego, con mujeres de su comunidad, madres, abuelas, niñas. Con líderes tradicionales. Su mensaje no siempre fue bien recibido. Hubo rechazo, incomprensión, miedo. Pero Dhubo persistió. Su historia personal, su empatía y su convicción empezaron a abrir grietas en un muro de silencio que parecía inquebrantable.

Con el apoyo de la Cooperación Española y de otras defensoras locales, Dhubo organizó talleres, encuentros y charlas. Aprendió a hablar en público. A escuchar. A proponer. Pronto, mujeres que antes habían sido practicantes de la MGF se sumaron a su causa. Algunas, incluso, se convirtieron en referentes del cambio dentro de la comunidad.

El momento más significativo llegó cuando los líderes locales, tradicionalmente guardianes de las normas, accedieron a dialogar. A escuchar. A reconocer que, en nombre de una costumbre, se estaba perpetuando el daño. Gracias a este trabajo colectivo, en pocos años se ha logrado reducir notablemente el número de niñas sometidas a la MGF en la región.

La historia de Dhubo no es solo una historia de resistencia, es también una historia de transformación. Demuestra que el cambio comienza con una sola voz que se niega a callar. Que cuando una mujer se levanta por sus derechos, abre el camino para muchas otras. Que, con apoyo, formación y cooperación, es posible romper los ciclos más dolorosos.

Hoy, Dhubo es una referente local. Una mentora. Una líder. Y, sobre todo, una prueba viva de que otro futuro es posible. Uno donde las niñas crezcan libres, seguras y respetadas.

Temática

Género Etiopía Derechos Humanos OCE Etiopía

ODS

Objetivo 17: Alianzas para lograr los objetivos

Localización

Fecha

15/04/2025

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Fecha de modificación de la página: 22/05/2025

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