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News title Noé, o la inteligencia del agua en Honduras

Date of publication of the news item 25/02/2019 - 00:00

Summary of the news Se acabó defecar al aire libre en Planes de la Brea. El nuevo programa de saneamiento ha hecho de este municipio un lugar más limpio y ha dado trabajo a los lugareños


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Montañas de Honduras. Bruma. Noé Raimundo, 37 años, lleva una gorra al estilo de Estados Unidos. Nunca aprendió a leer y a escribir, pero en Planes de la Brea, una comunidad de apenas 300 personas, a unos 400km al norte de Tegucigalpa, es considerado un héroe: opera él solo, y con mucho orgullo, la planta de tratamiento de aguas residuales que está mejorando la salud y la calidad de vida de su municipio. 

 «Durante la capacitación […] el ingeniero me dijo que todo operador de plantas debería de saber leer y escribir bien –explica Noé–. Y yo le dije: `Pues yo no puedo, mejor me voy, estoy de más aquí". Pero él me replicó: "Deberás estar aquí porque eres inteligente'. Me quedé y ya aprendí como es el manejo de la planta de aguas residuales. Ahora estoy capacitado para dar formación a cualquier persona». 

Como recordaba la ONG ONGAWA, el saneamiento delata una crisis oculta: «Solo cuatro de cada diez personas en el mundo disfrutan de acceso a un saneamiento gestionado de forma segura». En la zona rural el disfrute a este derecho humano se circunscribe al 14% de la población. 

"En Honduras, a pesar de existir unas cifras globales de acceso a agua superior al 80% y de saneamiento al 60% hay limitaciones: en algunos casos el agua llega cada 10 días. De igual forma, el saneamiento no implica, en la mayoría de los casos, el tratamiento del agua, que termina finalmente en los arroyos, con la consiguiente contaminación del medio ambiente", explica Manuel Blázquez, Responsable de Programa de la Cooperación Española en el país.

 

El componente social 

En Planes de la Brea la población sufría la falta de saneamiento. Practicaba la defecación al aire libre y, aunque en algunos casos se utilizaban letrinas, hace tiempo que quedaron desbordadas por el uso, con lo que el suelo se contaminó y se produjeron casos de diarrea y enfermedades hídricas. La comunidad contaba con servicio de agua potable, pero en verano este bien escaseaba. 

La situación está mejorando tras finalizar el programa de agua y saneamiento que la Agencia Española de Cooperación (AECID) promueve junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Planes de la Brea, y que financia a través de donaciones el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de España. La construcción del sistema de agua potable y de alcantarillado ha beneficiado a 200 familias, y ya está en funcionamiento una planta de tratamiento de aguas residuales que cuenta con un reactor anaerobio de flujo ascendente para eliminar las bacterias a través de procesos biológicos, sin gasto de energía. 

La intervención no solo ha incluido la infraestructura, sino que cuenta con un componente social que ha implementado la ONG Agua para Todos a través de un seguimiento domiciliar orientado a mejorar el consumo del agua en casa, la separación de residuos, el uso de los baños o a dar a conocer las formas de evitar la contaminación hídrica. Con el tiempo que ahorran en las tareas del agua, se están creando pequeñas empresas de costura y comida que contribuyen al futuro de la comunidad.

 

La innovación también suma 

El de Planes de la Brea es uno de los 89 proyectos implementados por los programas que la Cooperación Española impulsa junto con el BID. Dicho programa abarca 18 departamentos de Honduras –especialmente los situados en las zonas más áridas– e incluye tanques de agua, letrinas, alcantarillado, campañas de higiene, formación y cinco plantas de tratamiento de aguas residuales. En algunos de los casos, se ha recurrido a innovaciones tecnológicas, como el bombeo del agua con energía fotovoltaica, y a intervenciones de saneamiento condominial, que abaratan los costes. 

La incorporación de la energía fotovoltaica a este tipo de proyectos fue, de hecho, una de las iniciativas iberoamericanas destacadas por su innovación tecnológica en el último Foro Mundial del Agua celebrado en Brasilia en 2018 

Pero, más allá de las cifras, lo que cuenta es su impacto en la vida de los protagonistas: «Como beneficiario y operador –termina Noé–, me siento satisfecho y sé que es un gran trabajo el que se ha hecho y quisiera, de todo corazón, que los demás que no lo tienen algún día pudieran tenerlo». ​