Hoy, 26 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Ambiental, una fecha en la que recordamos el firme apoyo de la Cooperación Española al liderazgo mundial reforzado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la coordinación de todos los aspectos de la salud global.

La OMS es una pieza fundamental para alcanzar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y más concretamente el ODS 3 «Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades». Con este fin, ha establecido un programa de trabajo ligado a tres prioridades estratégicas, la meta de los tres mil millones: (1) Lograr la cobertura sanitaria universal (cobertura sanitaria universal para 1.000 millones más de personas); (2) Hacer frente a las emergencias sanitarias (mejor protección frente a emergencias sanitarias para 1.000 millones más de personas); y (3) Promover la salud a lo largo del ciclo de vida (mejor salud y bienestar para 1.000 millones más de personas).

La Cooperación Española ha apoyado la consecución de estas prioridades estratégicas, con contribuciones a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) que ascienden, en el periodo 2016-2022, a 16.350.000 €. Esta cifra se eleva hasta a los 19.550.000 € si incluimos la contribución aprobada por el Consejo de Ministros del 5 de septiembre de 2023.
 

MÁS DE 3,5€ DESTINADOS A GARANTIZAR LA SALUD MEDIOAMBIENTAL

Del total de los fondos aportados por la AECID a la OMS en el periodo 2016-2022, 2.570.000 € se focalizaron en la Meta 3 —que busca promover la salud a lo largo del ciclo de vida —, financiando programas dirigidos a mejorar los determinantes sociales y medioambientales de la salud. Esta cantidad se eleva hasta los 3.570.000 € si incluimos lo aprobado en el Consejo de Ministros del 5 de septiembre de 2023.

Bajo la Meta 3, la OMS trata de lograr un mundo en el que todas las personas gocen de una vida saludable y bienestar, viviendo en entornos seguros, solidarios y saludables como miembros de una sociedad inclusiva. Los entornos saludables están estrechamente ligados a sociedades más ecológicas y sostenibles, incluyendo políticas energéticas que disminuyan la velocidad del cambio climático sin poner en riesgo la salud de las generaciones actuales y futuras. De hecho, una cuarta parte de la carga global de enfermedades se atribuye a factores de riesgo ambientales que podrían haberse evitado, como la contaminación química, radiológica y biológica del aire, los alimentos, el agua y el suelo.

Por su parte, el cambio climático amenaza con agravar todos estos riesgos y sus impactos en la salud. Las políticas insostenibles en sectores como el transporte, la energía, la gestión de residuos, la vivienda, los sistemas de alimentación y agricultura, y la industria contribuyen a los aproximadamente 7 millones de muertes anuales debido a la contaminación del aire, tanto en ambientes exteriores como interiores.

Los factores de riesgo ambientales están estrechamente interconectados entre sí y con los determinantes sociales y económicos de la salud. Consciente de todo ello, la OMS ha ido aumentando su apoyo a la Meta 3, que en el bienio 2022-2023 absorbe ya el 12,5% de los fondos totales destinados a las tres metas.