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Título de la noticia Escuelas: las puertas de acceso al agua

Fecha de publicación de la noticia 23/01/2024 - 14:10

Resumen de la noticia

En el Día mundial de la Educación, recuperamos esta iniciativa que cambió las vidas de niños y familias uruguayas de zonas rurales, a través de un proyecto que ttenía como base el acceso al agua a través de centros educacionales.
 


Contenido de la noticia

Estamos en Chacras de Borghi, ubicada en el departamento uruguayo de Flores, a 2,30 horas al norte de Montevideo. Aquí, las escuelas incluyen dentro de sus contenidos la educación sobre el uso y el cuidado del agua, ya que los habitantes de la provincia han crecido sin agua potable y ayudando en sus casas a proveer del recurso hídrico. “Tenemos que ir a acarrear con baldes o bidones, a veces en carretilla, a veces en bicicleta o a veces caminando”, cuenta una de las niñas que vive en esta localidad.  

Durante una clase, la profesora pide a los niños hacer dos dibujos, uno con personas que tienen acceso a agua potable y otro sin acceso a ella. El segundo dibujo de una de las estudiantes muestra a niña bajo un chorro de agua negra. 

-    El agua de ellas, ¿por qué no es potable?, pregunta la profesora apuntando el dibujo. 
-    Porque es de la lluvia, responde la niña. 
-    ¿Cambiarían algo o no es necesario tener agua potable en la casa?, pregunta la profesora. 
-    Sí, porque sino te cansás mucho yendo a buscar agua, responde la niña. 

Para estos niños, la búsqueda de agua es parte de sus tareas diarias y piensan que esto es parte de las implicaciones de vivir en una zona rural. “Nosotros somos como un pueblo chiquito. No es lo mismo vivir en el pueblo que acá, porque en el pueblo hay agua y acá no”, comenta otra de las niñas de Chacras de Borghi. 

 

Los niños no son los únicos afectados por la falta de agua potable. Pese a que en Uruguay cerca del 95% de la población tiene acceso a agua potable, según el Joint Monitoring Program for Water Supply, aún hay zonas rurales como Chacras de Borghi y Cerro del Arbolito, donde el agua potable nunca ha llegado. 

“Tenemos que andar acarreando agua para los animales, para los niños, para bañarse, para comer, para todo”, dice Fernanda Hernández, vecina de Chacras de Borghi, quién pese a tener un embarazo complejo y que le recetaron no hacer fuerza, debe seguir trasladando agua para su familia todos los días. 

Sin embargo, Obras Sanitarias del Estado (OSE) de Uruguay, con el apoyo del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) del gobierno de España y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comenzó un proyecto para llevar agua potable a estas localidades. 

Escuelas: El epicentro del acceso sostenible al agua

Para localidades como Chacra de Borghi y Cerro el Arbolito, la ubicación juega en contra para instalar acceso a los servicios básicos. Por esta razón, se ideó un programa donde las escuelas jugaran un rol clave en el acceso hídrico.  “Se logró dar formato a un programa que tiene como centro la escuela. El sistema se coloca en la escuela, y de ahí se expande el servicio a las viviendas aledañas”, explica Karina Azuriz, de OSE. 

La conexión a través de las escuelas permitiría facilitar la instalación a casas y, además, destacar la importancia del cuidado del agua a través de programas educativos en las escuelas. “No se trata solo de que llegue agua, también es una ocasión estupenda para, por una parte, educar a los niños en el valor que tiene el uso del agua en el cuidado y en la higiene, y también para el desarrollo comunitario, porque son las propias comunidades las que se van a encargar de que las instalaciones estén funcionando”, afirma Manuel de la Iglesia, de AECID Uruguay. 

“Lo que se propone este proyecto es llegar a esa población marginal en números, que todavía no tiene acceso a una fuente segura de agua. Así, apoya tanto en el abastecimiento del agua potable como también en la educación de la población en el uso del agua”, comenta Tania Páez, especialista del Agua y Saneamiento del BID en Uruguay.  

El proyecto comenzó en 2010 y uno de sus primeros pasos fue dar acceso al agua potable en las escuelas. Así, los vecinos podían acceder al recurso hídrico con mayor facilidad y seguridad. “Al traer el agua de la escuela ya sabes que no tenés que hervirla ni nada, porque ya sabes que no está contaminada”, dice Virginia Aragonez, vecina de Chacras de Borghi. 

Sin embargo, el mayor desafío era poder conectar estas instalaciones hasta las viviendas. En la comunidad de Cerro del Arbolito, de la provincia de Tacuarembó, a 4,5 horas al norte de Montevideo, los vecinos se organizaron para reunir fondos e instalar las conexiones necesarias para que el agua llegara a sus casas. “Nos organizamos con una comisión y ahí empezamos a hacer rifas y juntar dinero para lograr poner el agua”, dice Yanet Liendo, vecina de Cerro del Arbolito.

Después de meses de trabajo, toda la comunidad tuvo acceso. Lo mismo ocurrió en Chacras de Borghi. Así, a través del proyecto financiado por el BID y Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se ha podido dar acceso al agua potable a 355 escuelas rurales y 6.000 hogares en Uruguay. 

“El agua es la mitad de la vida, ¿viste? Es lo mejor, lo mejor”, dice Alicia Mezquita, emocionada al ver cómo este proyecto logró cambiar las vidas de toda su comunidad. 

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Este artículo es parte de la serie “Cambiando el mundo a través del agua y el saneamiento”, una colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) que destaca el impacto que los proyectos de agua y saneamiento tienen en las personas de América Latina y el Caribe.