Hoy celebramos el Día Internacional contra el Cambio Climático, una fecha en la que recordamos la oportunidad única que nos brinda la Agenda 2030 para sentar las bases de una transformación global que conduzca hacia modelos de desarrollo incluyentes y sostenibles, integrando las aspiraciones universales de progreso humano, económico, social y ambiental. Pero también, la necesidad de que las entidades culturales formen parte de la respuesta conjunta y del compromiso de la cooperación internacional para hacer frente a los retos que plantea el cambio climático y la degradación medioambiental.

SIN CULTURA NO HAY DESARROLLO SOSTENIBLE 
Como agentes de la Cooperación Española, los Centros Culturales de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) son actores relevantes en los diversos ámbitos del desarrollo sostenible en los contextos en los que están presentes. Y juegan un significativo papel a la hora de extender la convicción de la relación intrínseca que existe entre desarrollo cultural y desarrollo sostenible, así como de utilizar la importante vertiente instrumental que la cultura puede desempeñar en la sociedad en relación con el medioambiente y promover el potencial que tiene la comunidad creativa en generar diálogo alrededor de la sostenibilidad e inspiración en la voluntad de actuar.

Bajo esta convicción, la Red de Centros Culturales ha ido replanteándose progresivamente su papel medioambiental, buscando y comprometiéndose con medidas que ayuden a convertirla en una organización más sostenible y resiliente, y a evolucionar desde la acción climática hacia un enfoque sostenible y transversal en todas sus actuaciones. Dicho enfoque implica no solo contribuir a un mundo más verde, sino también más justo y equitativo, atendiendo no solo a las problemáticas medioambientales en sí, sino también a su conexión con otras dimensiones como la social, la cultural y la económica.

EL ENFOQUE SOSTENIBLE: MÁS ALLÁ DE LA ACCIÓN CLIMÁTICA 

Numerosos programas y proyectos de la Red de Centros Culturales ahondan en las problemáticas que provoca el cambio climático y plantean acciones transversales que van más allá de la acción climática. Así, el Centro Cultural de España en Lima ha decidido replantearse su papel medioambiental, tanto interna como externamente, con el establecimiento de una Política Medioambiental propia e integral, un Plan de Actuación a corto y largo plazo en el que se recoge las medidas y acciones a realizar en todos los ámbitos y áreas del Centro Cultural, así como el Programa Sostenibilidad Ambiental, en el que se asegura la programación cultural del CCE en esta materia.

Otro ejemplo de visión holística del desarrollo sostenible, en la que todo está interconectado, es el Programa Masa Madre del Centro Cultural de Santiago de Chile. A través de sus proyectos y actividades, este programa propone contribuir a la comprensión, análisis y difusión de los nuevos procesos y cambios políticos, económicos, sociales, culturales y medioambientales que están teniendo lugar, tanto a nivel local como internacional, y que serán claves para la construcción de una sociedad más igualitaria, justa y resiliente ante los retos del futuro.

A estas iniciativas debemos añadir, entre otras, potentes programas como San José Ciudad Paisaje, del Centro Cultural de España en Costa Rica, en el que se recogen diversos proyectos que contribuyen a mejorar la habitabilidad de San José a través de la interacción entre la cultura y el medioambiente de forma sostenible; Verde que te quiero verde, del Centro Cultural de España en El Salvador, que concentra la programación vinculada al Medioambiente y su defensa, en particular dirigida a aumentar la concienciación sobre temas medioambientales y cambio climático, y que poco a poco se está consolidando como uno de los ejes de su programación anual; o Ecologías en acción. Programa medioambiente y humanismos ecológicos, una iniciativa del Centro Cultural Juan de Salazar (Paraguay) que sitúa en el centro la idea de la justicia ambiental. Porque el cambio climático no es solo cuestión de que estamos ante una crisis climática, sino que está en juego la idea de justicia que tenemos como humanidad.