​Mujeres que hace unos años se dedicaban a buscar entre los desperdicios del vertedero “La Chureca” algún material reciclable para vender y sobrevivir con sus familias, ahora aprovechan su creatividad y ánimos, confeccionando bisutería: collares, pendientes y pulseras a partir de papel reciclado; también elaboran artesanalmente, tarjetas de felicitaciones y bolsas de papel para regalos. Ellas desarrollan este arte dentro del programa Chureca Chic de la organización Earth Education Project (EDP).

Esta organización ha representado un cambio positivo para estas mujeres al mismo tiempo que la Cooperación Española a través de la Agencia Española de Cooperación (AECID) que con la Alcaldía de Managua sellaron dicho vertedero y trasladaron a 258 familias que vivían en condiciones de extrema pobreza en las inmediaciones del vertedero, a la Villa Virgen de Guadalupe, una ciudadela con viviendas dignas, todos los servicios básicos, así como áreas de recreación, escuela, puesto de salud, delegación policial y un centro cultural comunitario.

Marjourie Ortega, una menuda mujer de veinte años, trabaja actualmente en Chureca Chic y por más de una década acudía diariamente a buscar material reciclable en el vertedero junto con su esposo, ahora vive en Villa Virgen de Guadalupe y hace cuatro de años que aprendió a trabajar el papel reciclado confeccionando bisutería.

Y es que las joyas de papel reciclado que se confeccionan en Chureca Chic ya tuvieron su lanzamiento internacional puesto que fueron lucidas por las modelos de la Fashion Week en Londres, en el marco del Earth Education Project que captó a esas mujeres habitantes de La Chureca para que, por medio del arte, pudieran tener una mejor calidad de vida e ingresos ganados dignamente.

Silvia Ortega de 24 años, también aprendió a hacer tarjetas y joyas con papel reciclado: “Nadie se imagina que de un tuco de papel puedan hacerse cosas tan bonitas como estas prendas que es algo para nosotras las mujeres que somos vanidosas”, Ortega cuenta que desde que nació vivió en el asentamiento rodeada de basura y limitaciones, que sus padres se sacrificaron en la recogida de material reciclable en el vertedero mientras ella y sus hermanos estudiaron. Sus padres y hermanos trabajan en la Planta de Selección de Residuos Sólidos y Urbanos, con un salario y condiciones laborales dignas, construidas en el marco del Proyecto de Desarrollo Integral del Barrio Acahualinca financiado por la AECID. Y su familia se ha beneficiado de una de las viviendas construidas también en el marco de este proyecto.

LA CHURECA

Durante 40 años, “La Chureca” fue el vertedero a cielo abierto más grande de Centroamérica con 42 hectáreas de extensión, durante ese tiempo recibió de forma descontrolada los desechos de los habitantes de la capital, unas 1, 400 toneladas métricas cada día; un lugar donde familias enteras tenían en la recolección de desechos y reciclaje de basura.

En las inmediaciones del vertedero existió durante décadas un asentamiento del mismo nombre donde quienes lo habitaban, permanecían a merced de enfermedades respiratorias y estomacales por las insalubres condiciones de vida, intoxicaciones por plomo y otros contaminantes así como riesgo de enfermedades como VIH, ETS y vulnerables a violencia sexual y violencia juvenil.

Entre 2009 y 2012 la Agencia Española de Cooperación ejecutó con la Alcaldía de Managua y la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), el Proyecto de Desarrollo Integral del Barrio Acahualinca (PDIBA) que benefició a unas 1.500 personas, que por décadas vivieron en las inmediaciones del vertedero, con mejores condiciones socioeconómicas y de habitabilidad. El proyecto también favoreció a las poblaciones y barrios aledaños que ahora cuentan con un ambiente libre de contaminación tras el sellado del vertedero.