Tegucigalpa, Francisco Morazán.- Este año se conmemora el 40º aniversario de las Escuelas Taller- Programa Experiencial TándEM bajo el lema “Transformando vidas”, que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), impulsa en 25 países. Honduras es uno de los países que ha aprovechado este apoyo desde 1990. Inspirado en la metodología “aprender trabajando y trabajar aprendiendo”, el programa ha logrado vincular formación con oportunidades reales de empleo, especialmente en contextos donde la juventud enfrenta mayores barreras de acceso al mercado laboral.

La AECID ha financiado en Honduras este modelo formativo en los departamentos de El Paraíso, Comayagua, Cortés, Lempira, Santa Bárbara y Colón, estableciendo alianzas con los gobiernos locales, organizaciones comunitarias, empresas e instituciones educativas.

El Coordinador de la Cooperación Española en Honduras, Francisco Tomás, resalta que “el modelo refleja la esencia del trabajo que impulsa la Cooperación Española en Honduras: desarrollo territorial, formación para el empleo e inclusión económica. Hemos visto cómo este enfoque, sostenido en el tiempo y articulado con gobiernos locales, empresas y organizaciones sociales, genera resultados concretos para la juventud”.

La Comisión Nacional para el Desarrollo de la Educación Alternativa No Formal (CONEANFO) en Honduras es el socio ejecutor actual del Programa Escuelas Taller. Su Secretario Ejecutivo, Roberto Bussi destaca que “la currícula que desarrollamos está diseñada y validada conforme a un análisis del mercado laboral local. Toda formación debe responder a una oportunidad real para la población, con demanda efectiva y condiciones de dignidad. Procuramos evitar la saturación del mercado; por eso, no repetimos cursos en zonas donde la oferta ya está cubierta.”

Ángel Fuentes estudiante del municipio de Siguatepeque, Comayagua, es uno de los cientos de beneficiarios que gracias a la oportunidad de explorar el oficio de fontanero cuenta hoy con un trabajo que le permite generar ingresos para su hogar y su crecimiento personal. “Gracias a la escuela taller hoy tengo trabajo, yo motivo a la gente que tenga el interés de aprender que los busque, yo he visto cómo han abierto nuevos cursos, hay mucho para escoger. Solo hay que tener motivación de querer, no cobran nada solo es que tengan el tiempo y quieran aprender”, detalló Fuentes.

Actualmente, con el financiamiento de AECID, están en vigencia currículas vinculadas a fontanería, electricidad, soldadura, albañilería, turismo, jardinería y viverista. Estas áreas representan oportunidades reales de empleo, mayores ingresos para la población y procesos de innovación social que fortalecen el desarrollo territorial.

El Programa de Escuelas Taller nació en 1985 en España como una iniciativa experimental del Instituto Nacional de Empleo (INEM), hoy Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), con el objetivo de fomentar el empleo juvenil mediante la formación en alternancia con el trabajo. A lo largo de los años se ha extendido su cobertura, especialmente en Iberoamérica a través de la AECID, consolidando su legado en la recuperación del patrimonio, la empleabilidad juvenil y la cohesión social.