Jan Eliasson, embajador de los ODS: "Los programas del Fondo de España son clave para la eliminación de la pobreza" - AECID -FCAS

Pie de foto: Jan Eliasson
Título de la noticia Jan Eliasson, embajador de los ODS: "Los programas del Fondo de España son clave para la eliminación de la pobreza"
Fecha de publicación de la noticia 15/03/2011 - 00:00
Categorías de la noticia Agua y saneamiento
Resumen de la noticia Jan Eliasson es Embajador de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU. Su misión es promover el Objetivo 7, que además de garantizar la sostenibilidad medioambiental pretende ampliar el acceso a agua potable y saneamiento. Eliasson es presidente de la ONG internacional WaterAid en Suecia, y presidió la Asamblea General de Naciones Unidas entre 2005 y 2006.
Pregunta: ¿Qué avances se han conseguido en el área de agua potable y saneamiento con respecto a lo establecido por los Objetivos del Milenio (ODM)?
Respuesta: Desafortunadamente, el panorama general no es alentador. Hoy en día, 885 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua mínimamente potable, 2.500 millones no tienen acceso a saneamiento, y todos los días, 5.000 niños mueren por culpa de enfermedades provocadas por estas carencias. El problema no es nuevo. Si no somos capaces de cumplir con la Meta 3 del Objetivo 7, que busca reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso a agua potable y saneamiento para el año 2015, será un escándalo y una vergüenza. La comunidad internacional de donantes y los propios países deben comprender que universalizar el acceso al agua potable y al saneamiento es un objetivo vital para eliminar la pobreza, reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna. Sin un compromiso político claro, estos problemas se seguirán desatendiendo, y el impacto para todos los demás ODM será desastroso.
P: ¿Qué impacto tiene el cumplimiento o no cumplimiento de la meta que se refiere a la ampliación del acceso a agua potable y saneamiento sobre todos los ODM?
R Afecta directamente a la salud, la nutrición y el medio ambiente. También es importante para la igualdad de género. En países en vías de desarrollo, las mujeres y las niñas comparten la responsabilidad de procurar y gestionar el agua, y eso limita su independencia económica y sus posibilidades de educación. Alcanzar los ODM en las áreas de agua y medio ambiente tendría un efecto multiplicador para todos los demás ODM.
P: ¿Qué decisiones clave debería tomar la comunidad internacional para alcanzar esta meta?
R: Para empezar, es urgente movilizarse en torno a estas problemáticas si queremos alcanzar esta meta en 2015. De hecho, el dinero no es un factor; el problema es que hay que dar una mayor prioridad a los programas de agua y saneamiento. Necesitamos una solución colectiva que pasa por mejorar las infraestructuras, sobre todo en las áreas urbanas y periurbanas donde son frágiles; emplear más medidas de prevención; lograr una mayor participación de la población en la gestión del agua y el saneamiento; y conseguir que los países asuman sus responsabilidades para liderar estos esfuerzos y combatir la corrupción.
Es un esfuerzo colectivo. Intento movilizar a todos los actores; no solo a los países donantes y a los gobiernos nacionales, sino también a las ONG, a la sociedad civil y a los medios de comunicación. Nadie puede hacerlo todo, pero todos pueden hacer algo.
P: Frecuentemente se refiere a la falta de acceso al saneamiento como una "crisis silenciosa." ¿Por qué?
R: Tiene que ver mucho con los tabúes. Por ejemplo, nadie quiere hablar de retretes. Pero si quieres solucionar el problema del saneamiento, tienes que hablar de ellos sin tapujos. Hay que promover la inversión y la investigación para encontrar soluciones tecnológicas más eficientes, y además para asegurar que los sistemas dependan menos del agua. Esto se puede conseguir con soluciones "secas" como lo ha hecho la India. Mientras que ha habido más logros en el ámbito del agua potable, en saneamiento no ha habido apenas avances. Recientemente dí un discurso en la ONU de esos que suelen acabar con declaraciones tipo "dignidad para todos" pero en lugar de ello dije "retretes para todos." El público se sorprendió, pero es que un mundo sin retretes es un mundo sin dignidad.
P: Los donantes son clave para implementar una política de agua potable y saneamiento a largo plazo. ¿Cómo se asegura de que cumplen con sus compromisos?
R: Los donantes tienen que cumplir con sus promesas y otorgar un mayor porcentaje de la ayuda al desarrollo a proyectos de agua potable y saneamiento. Lo que hace España con el Fondo, y lo que también está haciendo Japón, son ejemplos positivos de donantes que dan prioridad a esta problemática. Es importante informar a la opinión pública acerca del impacto que tienen los programas de agua y saneamiento en la mortalidad infantil y la salud materna, porque así las sociedades pueden presionar y movilizar a sus gobiernos. Tenemos que saber que los más afectados por estos problemas son, como siempre, los más vulnerables y los más pobres.
P: Un año después del terremoto en Haití, ¿cómo ve la situación del agua y el saneamiento en el país?
R: La situación en Haití no es satisfactoria. La infraestructura destruida todavía no se ha reconstruido. La producción de agua está por debajo de los niveles mínimos para el consumo humano, y muchos puntos de distribución establecidos por el gobierno no funcionan. El país necesita sistemas de tratamiento y cloración del agua. La tragedia es que el cólera, que todavía es un grave problema en Haití, es una enfermedad evitable si se dispone de saneamiento, agua tratada y mejores hábitos de higiene. En cuanto a los donantes, el Fondo está trabajando mucho sobre el terreno. Ahora es importante que todos los donantes cumplan con sus promesas y se coordinen mejor. El gobierno de Haití también tiene que implicarse mucho más.
P: Usted lleva muchos años trabajando sobre el terreno. ¿Cómo ilustraría las consecuencias que tiene el cambio climático sobre el acceso a agua potable y saneamiento?
R: En una ocasión, como Enviado Especial de la ONU, sobrevolaba Darfur en helicóptero. Desde ahí pude ver los efectos de la desertificación. El piloto me contó que en los dos años que llevaba sobrevolando la zona, la arena había avanzado unos 8 o 10 kilómetros y había engullido toda la vegetación. Aterrizamos y un grupo de mujeres empezaron a cantarme una canción. Le pedí al intérprete que me tradujera la letra y contestó: "agua, agua, agua..."
Cuando hago mis presentaciones, suelo levantar un vaso de agua y digo: "Este vaso de agua es un lujo, un sueño para 885 millones de personas en el mundo."